Mi cómplice.
¿Qué tal pasaste las celebraciones decembrinas? ¿Le jugaste al valiente yendo a las posadas o te portaste bien en la comodidad de tu cuarto mientras veías xvideos a todo volumen? ¿Cómo te fue en la navidad sin la tía chingaquedito que siempre dice que ya estás grande para vivir con tus papás? ¿El aguinaldo te alcanzó para pagar tus deudas o te aferras a seguir en Buró de Crédito?
Aunque parezca lo contrario, deseo que estés bien y que los tuyos sigan vivos, sanos y con trabajo. Según entiendo es lo mejor que se le puede desear en estos tiempos de covidiotas.
Antes de cerrar el año, hice algunas llamadas por teléfono para saludar y ponerme al día con personas que durante la pandemia no he visto. En una de estas charlas, mi amigo André me comentó que estaba preguntándose lo que implica el poliamor y si estaba listo para entrar ese mundo.
Sin pensar mucho en mi respuesta, le dije que no podía estar hablando en serio puesto que el cambia de opinión como debería cambiarse de calzones. Sin embargo, su reacción de ofendido me hizo considerar su pregunta como algo serio y le externé mi visión del tema.
Le advertí que no era experto, pero que si habia algunas ideas pululando por ahí sobre la vida en estos términos.
Primero, el fenómeno que se conoce como poliamor debe ser siempre expresado en plural. De lo contrario se estaría usando un concepto contradictorio en sí mismo. Para dejarlo más claro, se viven poliamores, de lo contrario únicamente se vive un amor.
Segundo, muchas personas pueden sentir algún tipo de nostalgia por las relaciones que no pudieron cultivar por arrancar otra. Los poliamores sería el mecanismo emocional para darle continuidad a relaciones amorosas del pasado sin tener que ponerlas en pausa o terminarlas por una nueva persona que llega a escena.
Mediante los poliamores una persona puede hacer coexistir un amor del pasado con un amor del presente, y simultáneamente administrarlos hasta que llegue un nuevo amor en el futuro. En cierta medida, los poliamores pueden echar abajo el famoso "hubiera" que está asociado con la esperanza de estar mejor con alguien del pasado o con alguien del futuro.
Tercero, los poliamores te dan la opción de no conformarte con un único sabor de pastel. Existe la posibilidad, sin culpa o engaño, de saborear varias opciones de amor a la vez. Como resultado de ello, se cancela la consecuencia inmediata de las relaciones monógamas: al elegir a uno renuncias a todos los demás.
Una vida entre poliamores permite llenar ese 1% que no te da el "chosen one" con el 99% de todos esos otros elegidos. Aunque este estilo de vida no implica ser el dueño de alguna persona.
Los poliamorosos debe aprender a romper con las creencias aprendidas y enraizadas sobre que una relación te hace propietario y el usuario exclusivo de la lealtad, la fidelidad y la amistad de tu pareja. Así, le decimos adiós a siglos de creer que amar es también una forma de propiedad.
Cuarto, los poliamores no evitan que se terminen las relaciones, pero permite que el amor residual coexista con los amores futuros. Muchas personas con corazones abandonados "tienen que aprender" a superar sus pérdidas para poder iniciar una relación y así "no hacerle sombra" con viejos recuerdos.
No obstante, cuando amas por múltiplos aprendes que las historias pasadas van contigo, se quedan contigo y te definen. Igualmente, esos amores de antaño no te impiden salir a cualquier cafetería a conseguir otro príncipe azul para la colección de la repisa.
Las relaciones pueden ir o venir, pero los amores quedarse sin hacerse daño incluso nutriendo la existencia. Esto no aplica si la persona en cuestión es la representación en vida de la tóxica chica de Two and half men: "Rose."
Finalmente, estar disponible para poliamores es un acto de egoísmo porque es reconocer ante tú mismo y ante los demás que "yo soy mucho para que sólo una persona me quiera y para querer a una sola persona." Este tipo de honestidad haría de los poliamorosos personas difíciles para tratar, pero al mismo tiempo más fáciles de conocer (y un poco predecibles) en comparación con quienes firman exclusividad en cada one--night-stand.
Mi compinché espero no haberte roto el corazón por un nuevo nivel de promiscuidad (emocional). Sin embargo, quédate en paz porque la prueba de VIH y la de COVID19 volvieron a salir negativas.
Sin pena seguiré el beat de Juan Luis Londoño cuando dice que "si con otro pasas el rato, vamos a ser feliz, vamos a ser feliz; felices los 4. Te agrandamos el cuarto."
Ícaro