Cómplice:
¿Qué dice el balance del verano que hoy termina? ¿Hubo bikinis y tangas al por mayor? ¿Listo para el inicio del airoso otoño? ¿Preparado para los cambios que vienen con las hojas secas?
No lo sabes o no lo recuerdas, pero hoy se cumplirían 5 años de mi historia de amor con él. Este día debió ser de fiesta y costillas. Esta fecha era para crear recuerdos. Esta efeméride era para reír y gemir de placer a su lado.
Pero eso ya no fue ni será. No hay más que decir.
Pensé que sería un día pesado por el recuerdo de esa última cena de aniversario, de esa última noche a su lado o de ese último beso que nos dimos. Sin embargo, los segundos, los minutos, y las horas han fluido sin pausas ni contratiempos.
A pesar de no estar sufriendo, siento que debo darle sentido a este día. No quiero que sea el día de un aniversario muerto, quiero que sea un día de dicha.
A partir de hoy, voy a celebrar el cumpleaños de la criatura que se convirtió en mi compañera cuando la noche fue más oscura, que me dio consuelo cuando la soledad me invadió por su abandono, y que ha hecho ameno cada día con sus travesuras felinas.
Bautizo el 23 de agosto como el día de mi amada Menten, la princesa gatuna más altiva de la Del Valle.
Mi bien te cuento que hace 2 años, a medio otoño, en el patío de esa casa en la que habité, una pequeña gatita lloraba por hambre y dolor. Una gatilla, aproximadamente de un mes, llegó a la puerta y, pese a mi resistencia, se convirtió en parte de mi vida.
Al igual que yo, Menten fue abandonada por esa persona que nos juro cuidar. Le agarré más cariño a esta bestia miniatura porque nos hicimos compañeros mientras asimilábamos el gran cambio que estabamos viviendo.
Finalmente, cuando la mudanza al nuevo departamento se concretó, Menten viajo conmigo. Como yo, con miedo, descubrió nuestro nuevo hogar; como yo, se adaptó pese a las resistencias, y, como yo, se enamoró la de la vista de los cerros del sur de la CDMX.
[Sonara muy a la Monsiváis, pero debo reconocer que ella goza más el departamento que yo. Más de una vez he encontrado a Menten durmiendo en el alfeizar de la ventana mientras la briza le acaricia los bigotes. Esta acto de pereza la convierte en la única ama de este rincón cerca del cielo].
Recapitulando, yo no voy a llorar cuando a las 20:33 horas se cumplan 5 años del día que me cambio la vida (o al menos eso espero). Hoy, a esa hora estaré entrenando para hacer de mis energías algo más productivo que sufrir y cuando regrese a casa celebraré con mi peluda compañera 2 años de compartir esta vida tan animalesca.
Compinche, te dejo porque me tengo que preparar para salir. Antes de ello, voy a colocar agua y alimento a mi monstruo atrigrado, después le pediré que se porté bien y, con voz chiqueada, le cantaré a Menten nuestra canción favorita: Soft kitty, warm kitty. Little ball of fur. Happy kitty, sleepy kitty. Purr purr purr.
Alejandro