Cómplice:
¿Qué dice la vida con una inflación tan agresiva como los perros de la azotea de enfrente? ¿Ya empezaste a comprar vino de caja para ahogar las penas o todavía te alcanza para el vodka azul? La vida adulta cuesto más de lo que uno podría pensar (monetaria y emocionalmente).
Después de 3 meses en la equina de Eje 8 y Moras me he dado cuenta que la vida, a veces, si puede seguir después de una gran pérdida; que las risas también se practican para cuando uno necesita descoserse por algo gracioso, y que la pista vuelve abrir para una noche más de baile sensual.
Los días oscuros, apesadumbrados y sin mucha dirección han sido más de los que puedo recordar. Puedo afirmar que dominan mi humor. Sin embargo, los días buenos, como el de hoy, en el que la alarma funciona, el internet corre y mis emociones son mis motor (y no mi obstáculo) son un sano alimento para mi alma en convalecencia.
Tengo claro que las cosas seguirán siendo difíciles y que me enfrentaré a mil y un retos ahora que soy el jabalí solitario de la Del Valle. Pero, confío en que una buena taza de té, un interesante libro y dos capsulas diarias de fluoxetina generen suficiente energía cinética que mantengan gozando esta hermosa vida que me estoy esforzando en construir.
Camarada, me voy a seguir... caminando, cantando y cosiendo. Espero que el dolor no me alcance y que el viento del otoño me lleve a un lugar que valga la pena descubrir.
Así que "if I can't understand it, I'll find another way. I could live with it; I could live with it. Moving, keep moving."
Alx
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