Querido cómplice:
¿Cómo te ha ido en estos días de calor intenso? ¿Has empezado a fusionarte con la silla mientras tecleas como loco el resumen de la mañanera? ¿Listo para que las emociones se suelten en la semana santa?
Después de que Giordano me dejo,
me sumí en hoyo que me aprisiona y me hace sentir que la vida perdió mucho
sentido. Me siento herido y creo que no he vivido lo peor porque la esperanza
de recuperar a mi gordo de ojos chocolate me sigue invadiendo múltiples veces
por día.
Sin embargo, cuando la cabeza
está fría, cuando las puertas de otras vivencias se muestran entreabiertas y
cuando empiezo a pensar en mí mismo antes que él, entonces empiezo a pesar que
es momento de abrir las alas para volar más lejos, más alto y con más velocidad
como nunca lo he hecho.
Sigo enamorado, volvería a darlo
todo por él y seguiré pensando que tenemos un destino juntos. No obstante, creo
que es momento de vivir este cambio; es momento de pensar en mí antes que todo
y es momento de dejar este nido donde no hay cabida para mí.
Será que nos seguiremos amando,
será que habrá otro chance, será que conoceré a alguien nuevo, será que lograré
nuevas metas. Eso no importa. El tiempo dicta que debo salir al mundo otra vez
para descubrirlo, para gozarlo y para seguir riendo.
Por unos días lo olvidé. Pero es tiempo de tener en cuenta
que “every day there's a war to fight,
and if I win or lose, never mind […] I'm ready for the good times; I'm ready
for the good times… Ready to get it on.”
Alejandro
6 de abril de 2022
No hay comentarios:
Publicar un comentario