viernes, 10 de junio de 2022

Fue un error conocerte

 Mi amado:

Mi dolor me ciega, me ensordece y me ataranta. Por ello no puedo desear que estés bien. Sin embargo, espero que sigas tu vida como la soñabas. 

He tenido un pésimo día. No dejo añorar tenerte entre mis brazos, no dejo de fantasear con mirarte a los ojos y no dejo de esperar el olfatear tu aroma. 

Me siento un perdedor porque daría lo que fuera por tener un momento tu amor; me siento un hombre mediocre por creer que puedo seguir amando; me siento un fracasado por desear que mi presente sea a tu lado. 

Voy a sucumbir por un segundo y voy a gritar por toda la Avenida de los Insurgentes que te amo, que eres mi amigo, mi cómplice, mi amante. Voy a retroceder 80 días a las rotaciones de tierra y voy a imaginar que nos vemos con amor, empatía y alegría. Voy a tirar semanas de trabajo emocional para confesar que eres lo mejor que me pasó en la vida.

Dejaré la factura para mañana, pero hoy me permito sentirme tan enamorado como cuando me flechaste al conocerte. Llevaré una sonrisa de oreja a oreja porque traigo puesta la playera que me regalaste. Me deleitaré por un segundo con las semblanzas de aquellos domingos en los que dormíamos todo el día y nos abrazamos aunque el calor nos invadiera.  

Acepto la verdad, pero este día lo haré a mi manera. Sé que un error conocerte, pero es un error que volvería a cometer por todo el amor que día fue cierto, por todas las risas que tuvimos y por las centenas de comidas que compartimos. 

Hasta que den las doce campanadas en mi reloj, seguiré sin rumbo, en la incertidumbre y con millones de esperanzas. Sin arrepentimientos ni muletas emocionales dejaré correr este río de lagrimas profiriéndote amor, lealtad y amistad. 

Cuando acabe esta semana inglesa volveré a empezar, regresaré a la cordura y me pararé en la practicidad. No me importa que los saltos de rana me lleven a un punto del lado de los números negativos. Ya en casa, cuando inicie otro día, comenzaré desde el día uno.

Esta noche, cuando me acurruque en mi cama, con los ojos cerrados, te imaginaré a mi lado, y como aquellas noches difíciles te recitaré al oído "Si tú también lo sientes, si a ti también te apetece. No lo pienses, vámonos, ya somos dos. ¿Por qué no me das la mano y nos cogemos este barco celebrando con un beso que hoy es hoy?"

Alejandro

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